Al pensar en el sabor, el
olor y la imagen del chocolate seguramente se nos hace la boca agua.
Científicos de la Universidad de Michigan (EE.UU.) han en descubierto que hay
un motivo biológico que hace que sea tan difícil sucumbir a esta tentación.
Cuando pensamos en el
chocolate se activa un área del cerebro que hace que deseemos comerlo. Ya se
conocía este “sistema de recompensa” del cerebro pero ahora han visto que es
más complejo de lo que se pensaba y hace que nos apetezcan ciertos alimentos en
concreto.
Además el chocolate es un
alimento saludable, recientes estudios han demostrado que el chocolate tiene
una influencia positiva en la salud humana debido a sus propiedades
antioxidantes y antiinflamatorias. Esto incluye la reducción de la presión
arterial y la mejora la sensibilidad a la insulina. Además hace que nuestro
cuerpo al comerlo libere endorfinas, que regulan nuestro estado de ánimo
y bienestar. Asique, ¿por qué no darte un capricho?
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